Cómo sobrellevar los problemas para tragar

En la vida cotidiana, tragar es tan natural como respirar. Casi nunca lo piensa mientras traga cientos de veces al día.

Los problemas para tragar pueden deberse a razones que van desde la deshidratación hasta la enfermedad. La mayoría de las veces no duran mucho. Sin embargo, en algunos casos puede necesitar tratamiento médico o cuidados especiales en el hogar. Si tiene problemas para tragar, es importante que consulte al proveedor de atención médica. A veces, los problemas para tragar pueden tener causas graves.

Por qué se presentan los problemas para tragar

En la mayoría de los casos, los problemas para tragar no son graves. Las causas son múltiples. Por ejemplo, estar deshidratado, no masticar lo suficiente o comer bocados demasiado grandes. Otros problemas para tragar se derivan de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Esta afección se produce cuando la bilis o el ácido estomacal se devuelven al tubo digestivo (esófago).

Muchos medicamentos pueden causar problemas para tragar. Entre ellos, se encuentran los nitratos, los bloqueadores de los canales del calcio, la doxiciclina, la aspirina, los medicamentos antinflamatorios no esteroideos (AINE), el potasio, los comprimidos de hierro y la vitamina C. Otras causas son las alergias e incluso el resfriado común.

En raras ocasiones, los problemas para tragar se relacionan con una enfermedad grave. Por ejemplo, un ataque cerebral, la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Alzheimer en fase avanzada pueden dificultar la deglución y causar atragantamiento. La diabetes, una enfermedad tiroidea, un tumor en la boca o la garganta o la presión arterial alta pueden ser los culpables. Incluso, problemas en las cuerdas vocales. Otras circunstancias que pueden afectar la manera de tragar son las siguientes:

  • Inserción de una sonda respiratoria (traqueotomía)

  • Cirugía oral o de garganta

  • Radioterapia

  • Estrechamiento del esófago debido a cáncer, ERGE u otra enfermedad

  • Afección alérgica llamada esofagitis eosinofílica

  • Problemas de contracción del esófago

 

Síntomas de los problemas para tragar

Preste atención a estos signos de problemas para tragar:

  • Sensación de un nudo en la garganta

  • Ronquera

  • Sensación de que la comida o el líquido están atascados en la garganta o detrás del esternón

  • Dolor u opresión en la garganta o en el pecho

  • Pérdida de peso o falta de nutrición por los problemas para tragar

  • Atragantamiento o tos causados por trozos de comida o bebida que quedan atrapados en la garganta

  • Babeo

¿Quiénes están en riesgo de padecer problemas para tragar?

Entre los factores de riesgo de los problemas para tragar se encuentran las afecciones crónicas, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, un ataque cerebral, la ERGE o las alergias. Otros factores de riesgo son los daños en el esófago por traqueotomía, cirugía de garganta o radioterapia.

Cómo se detecta el problema subyacente

Un problema para tragar puede ser síntoma de un problema subyacente. El proveedor de atención médica hará un análisis completo de su historia clínica y le hará una exploración física. El proveedor también puede pedirle pruebas, como las siguientes:

 

  • Una endoscopia. Esta prueba la hace un gastroenterólogo, un proveedor de atención médica especializado en el aparato digestivo. Durante ella, se introduce una sonda delgada en el esófago y el estómago. El proveedor examina estas zonas y toma muestras de tejido (una biopsia) si es necesario.

  • Trago de bario. Para esta prueba, se toman radiografías mientras usted traga una solución de bario. A veces se graba un video mientras usted traga diferentes líquidos, con un terapeuta de deglución especialmente formado a su lado.

  • Prueba de motilidad. Esto se puede hacer para determinar si el esófago se contrae y se relaja de manera correcta.

 

Cómo se trata el problema

El tratamiento se basará en la causa subyacente del problema para tragar. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida o medicamentos. O bien puede trabajar con un logopeda o un terapeuta ocupacional. En raras ocasiones, puede necesitar cirugía. 

Cuándo llamar al proveedor de atención médica

Los problemas para tragar rara vez son graves. Por eso puede ser difícil saber cuándo debe buscar ayuda. Consulte al proveedor de atención médica en los siguientes casos:

  • Si el problema no desaparece con rapidez

  • Si tiene comida atascada en la garganta

  • Si los problemas para tragar le producen ahogo, tos o dificultad para respirar

  • Si está perdiendo peso o tiene dificultades para comer 

Qué puede hacer ante los problemas para tragar

Si los problemas para tragar no están relacionados con una enfermedad más grave, puede tomar algunas medidas sencillas en casa para comer y beber sin esfuerzo.

Si los problemas provienen de la ERGE, pruebe tomar antiácidos para controlar los síntomas del reflujo ácido. Levante un poco la cabecera de su cama. Coma menos cantidad y no ingiera ningún alimento unas 3 horas antes de irse a dormir. El tabaco, el alcohol y la cafeína también están relacionados con la ERGE. No consumirlos también puede ser útil. La obesidad y el estrés están relacionados con la ERGE. Por eso, el ejercicio y las actividades para combatir el estrés, como el yoga, pueden reducir los síntomas. 

La forma de comer y beber puede causar problemas para tragar. Tomar bocados más pequeños, masticar bien y comer más despacio puede facilitar la deglución.

Un logopeda o terapeuta ocupacional puede ayudarlo a volver a aprender a tragar si su problema se debe a una lesión del sistema nervioso causada por un ataque cerebral. Un especialista también puede enseñar métodos de alimentación para los problemas alimentarios causados por la enfermedad de Alzheimer. Por ejemplo, usar una cuchara más pequeña. También añadir un espesante especial a los líquidos, sobre todo al agua, puede hacer que sea más fácil beber algo sin atragantarse.

Sus problemas para tragar pueden proceder de otro tipo de enfermedad grave, como el cáncer. Entonces puede necesitar un plan de tratamiento completo con medicamentos o quizás cirugía.

Última revisión: 1/1/2023
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